miércoles, 10 de agosto de 2011

El asedio de Castelnuovo, 1539


La fortaleza de Castelnuovo en la actualidad.

Julio del año 1539, cincuenta mil turcos rodeaban la fortaleza de Castelnuovo (actual Herzeg Novi, en Montenegro), ocupada por tres mil hombres pertenecientes al Tercio de Nápoles.

Castelnuovo había sido tomada poco antes por la Santa Liga, integrada por el Sacro Imperio Romano, España, Venecia y el Papado con el fin de frenar la expansión otomana, destruir su flota e incluso capturar Constantinopla. Pero tras su disolución, debido a recelos entre italianos -que aportaban la mayoría de las naves- y españoles -que ocupaban los mandos y componían la mayoría de la tropa- y a otros factores externos -Francia amenazaba con reanudar la guerra con el Imperio- la ciudad quedo aislada de Venecia, que aunque la reclamaba, nunca hizo nada por abastecerla.


En verano del año 1539, el temible Hayradin Barbarroja cercó la ciudad con una gran flota de galeras y cincuenta mil turcos. Al mando de los tres mil españoles se encontraba Francisco Sarmiento con la única ayuda de cuarenta y nueve naves del genovés Andrea Doria para abastecerla, frente a las doscientas de Barbarroja. Esta brutal diferencia, llevó a Doria a retirar sus barcos, con lo cual, los españoles quedaron totalmente aislados ante la indiferencia veneciana y la de sus propios superiores


Un grupo de Jenízaros turcos, de los que sembraron el terror en los balcanes y en todo el Mediterráneo.
Los españoles los temían tanto como los turcos a los españoles.



Mientras las doscientas naves tripuladas por veintemil marineros bloqueaba la ciudad por mar, los treinta mil soldados restantes al mando de Ulema de Bosnia cercaban la ciudad por tierra. A pesar de su superioridad numérica los primeros asaltos resultaron en un absoluto fracaso, pues los españoles defendieron la ciudad de una manera encarnizada pues tenían orden de vencer o morir. Hayradin, visto que no sería fácil tomar la plaza decidió entonces ofrecer una rendición honrosa a los defensores, a lo que Francisco Sarmiento contestó que "vinieran cuando quisiesen".


Pero el astuto Barbarroja aprovechó el precioso momento de las negociaciones para desplegar la famosa, terrible y gigantesca artillería turca -que había batido las fuertes murallas de Constantinopla hacía menos de un siglo- en lugares estratégicos. Durante varios días bombardearon Castelnuovo los turcos y destruyeron sus fortificaciones. Pero cuando los turcos asaltaron las ruinas los seiscientos españoles que quedaban, famélicos y cansados, pelearon con uñas y dientes y les obligaron de nuevo a retirarse. 


Los monstruosos cañones "Basilica" turcos, que tan utiles resultaron en la toma de    
  Constantinopla, fueron pieza clave a la hora de tomar Castelnuovo.
                          
     

De los tres mil españoles, dos mil ochocientos murieron dando su vida por una plaza que a España le importaba un carajo y se llevaron consigo a veintemil turcos. Francisco Sarmiento murió en combate y los doscientos españoles restantes fueron ejecutados allí mismo o llevados como esclavos a Constantinopla. De los que fueron esclavizados, veinticinco lograron escapar en un barco y regresar a Messina (en Sicilia) donde contaron todo lo que ocurrió.

La gesta impresionó a toda Europa y el hecho heróico fue cantado por muchos poetas de aquel tiempo, aunque hoy pocos españoles -amnésicos de su propia historia- lo recuerden.



                                              "Héroes gloriosos, pues el cielo
                                           os dio más partes que os negó la tierra
                                           bien es que los trofeos de tanta guerra
                                          se muestren vuestros huesos por el suelo.

                                          no por vengarnos, no, que no dejasteis
                                                a los vivos gozar de tanta gloria
                                         que envuelta en vuestra sangre la llevasteis,
                                             sino para aprobar que la memoria
                                          de la dichosa muerte que alcanzasteis
                                           se debe envidiar más que la victoria."



                                                          Gutierre de cetina (1520-1557)


                                                                                  Referencias:Tercios de España: La infantería legendaria.

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